Al final del trimestre… escaqueo y películas

Como llevo bastante tiempo escribir, voy a tratar un tema ligero: Lo que sucede en educación secundaria y FP tras los exámenes del final de evaluación. Ese momento “en tierra de nadie” que profes y alumnos vivimos de distinta manera.

Cuando el calendario escolar está bien ajustado, el centro pone las reuniones de evaluación dos o tres días antes del comienzo de las vacaciones, con miras a prevenir el absentismo. Por mi parte, yo suelo poner los exámenes lo más ajustados posible a la fecha tope, también con miras a minimizar esa rascada. Es lo más habitual en el profesorado y también lo que mejor me ha funcionado hasta ahora. También es más estresante para el alumno. Los primeros años era clemente y ponía los exámenes una o dos semanas antes que el resto, y tras hacerlos empezaba con materia de la siguiente evaluación, pero acabé escarmentado de que me pidieran tiempo para “estudiar”, lo que acababa en pérdida de tiempo en mis clases. La mejor fórmula para mi: ajustar todo a última hora.

No me malinterpretéis, tampoco se trata de fastidiar a los alumnos. Esa rigidez en las fechas la compenso con una filosofía de dos exámenes por trimestre. Intento que cada uno abarque la mitad de la evaluación, pero lo habitual es que el segundo examen abarque un mes de materia o incluso menos. La respuesta de los alumnos a esta metodología en general siempre ha sido buena. Bueno, a nadie le gusta hacer exámenes, pero todo el mundo prefiere repartir el esfuerzo en píldoras de menor tamaño. Basta que lo prueben un trimestre y que comparen. Lo malo es que tienes que corregir más exámenes. Otro aspecto clave en esta estrategia es fijar las fechas de los exámenes antes que el resto. En cuanto a las programaciones, las suelo hacer de la siguiente manera:

  • Una unidad didáctica de introducción al módulo con imágenes y/o vídeos de cada unidad (2-6 horas).
  • Dos unidades didácticas por trimestre con contenido denso (normalmente 6, aunque en segundo curso de FP son 4). La segunda unidad suele ser más práctica y breve que la primera, donde recae el grueso de la teoría.
  • A veces, la última unidad del curso (o una que pongo a mayores para los últimos días) puede ser un proyecto final de corte práctico (algunos docentes le llaman “portfolio”). Las mejores materias para aplicar esto son aquellas en las que todas las unidades tengan una relación clara: las informáticas básicas, redes IP, domótica, ICT, telefonía…

Volviendo al tema del título, cuando los alumnos terminan los exámenes y se ven evaluados pero con unos días de clase por delante suelen caer en conductas “festivas”: absentismo, juegos en clase, alboroto… El que me diga que les explica que ya está evaluando el siguiente trimestre y sus alumnos lo aceptan (porque entender, lo entienden) es porque les hace la última prueba mucho antes que el resto de profesores. Y probablemente sufra de los problemas que comentaba antes sobre mis primeros años. Como dijo un profesor que me ayudó mucho en mi primera interinidad, Ramón Gómez:

“Si, os alumnos están pesados nestes días, pero os profesores tamén o están. Hai que pensar no que fai cada un antes de criticar ó alumnado.”

Por mi parte he estado buscando una fórmula que me permita lidiar con esos últimos días de clase de modo que los alumnos tengan tareas que no revistan mucho esfuerzo. La fórmula que he encontrado ha sido la típica, sí, las dichosas películas, pero aliñadas con fichas de comentarios y cuestionarios.

  • Piratas de Silicon Valley (1999). La revolución de la informática doméstica contada a través de las historias paralelas de Microsoft y Apple. Para cualquier materia de Informática.
  • Ghost in the Shell (1995). Película anime sobre cyborgs y hackers. Para módulos de Redes. Es muy profunda, cada vez que la veo interpreto cosas nuevas.

Los cuestionarios son la clave de que “ir a ver una peli” no se convierta en un cachondeo. En estos días los alumnos están cansados, sí, pero también están en el mejor momento de sus capacidades mentales. Con 16 años, tras pasar un par de semanas estudiando, su mente se encuentra más ágil y despierta que el resto del año. Están tocando lo que los pedagogos llaman la “zona de desarrollo próximo”, y es importante estimularlos hasta el momento que salgan por la puerta. Después ya dormirán 12 horas y jugarán las 12 siguientes al Call of Duty de turno (¿de qué va el de este año, de las guerras clon?).